lunes, 19 de septiembre de 2011

Ciencia-Mito: ciencia y mito sobre la creacion del hombre

Ciencia-Mito: ciencia y mito sobre la creacion del hombre: Un mito de la creación es una historia mitológico-religiosa o una explicación que describe los comienzos de la humanidad, la Tierra, la vida, y el universo usualmente como un acto deliberado de creación realizado por una o más deidades.
Numerosos mitos de creación comparten a grandes rasgos varios temas similares. Motivos comunes comprenden el fraccionamiento y diferenciación de las partes del mundo a partir de un caos primordial; la separación de los dioses madre y padre; la elevación de la tierra de un océano infinito y atemporal; o la creación a partir de la nada.
Contenido[ocultar]
1 África
1.1 Antiguo Egipto
1.2 Yoruba
1.3 Zulú
2 América del Norte
2.1 Azteca
2.2 Inuit
2.3 Maya
3 América del Sur
3.1 Inca
4 Asia del Este
4.1 China
4.2 Japón
5 India
5.1 Budismo
5.2 Hinduismo
5.2.1 El dios despedazado
5.2.2 El huevo cósmico
5.2.3 La flor de loto de Brahmá
6 Oriente Medio
6.1 Sumeria
6.2 Judaísmo
6.3 Mesopotamia
7 Europa
7.1 Cristianismo
7.2 Grecia clásica
7.3 Nórdicos
8 Religiones modernas
8.1 Mormonismo
8.2 Cienciología
8.3 Raelismo
9 Véase también
10 Referencias
11 Enlaces externos
[editar] África
[editar] Antiguo Egipto
Nun, entendido como un «concepto», es el principio común en todas las cosmogonías, la primera sustancia abstracta, el elemento caótico que contiene el potencial de la vida, simbolizado como caóticas aguas primordiales que ocupaban todo el universo.
En el principio, antes de la creación, sólo hay Nun (que aun así no «existe»): es un océano inerte, sin límites, rodeado de absoluta oscuridad (que no es la noche, pues ésta aún no ha sido creada). Los sacerdotes egipcios, para describir este estado, enumeraban lo que no existía.
Del Nun surge espontáneamente la vida como demiurgo que sólo piensa. A continuación el demiurgo comienza a hablar, y se disocia del Nun que se convierte en el "Océano Primordial". Aún no existe y por ende no ve lo que ocurre. Entonces el Demiurgo comenta al Nun lo que sucede; el relato del Demiurgo provocando la respuesta y el despertar del Nun, es el origen de la palabra, y del diálogo.
En ese momento el Demiurgo se mueve y es el principio de la Creación. Pues el Demiurgo y el Nun no forman parte realmente de la creación.
Se creía que, después de la creación, las aguas del Nun rodeaban la Tierra, siendo Nun el responsable de la inundación anual del Nilo, y de las aguas subterráneas que marcaban los límites entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Jnum, en el Antiguo Egipto, era considerado el dios de la fertilidad, creador del «huevo primordial» de donde surgió la luz solar, dando vida al mundo. Era también un dios alfarero que modelaba las personas con lodo del río Nilo, creando su ka en el momento de nacer. También era guardián de las aguas del «inframundo» (Duat) y custodio de las fuentes del Nilo en Elefantina.
Según una tradición, Jnum creaba a los hombres con su torno de alfarero, pero rompió su rueda cansado de hacerla girar y colocó, en cada mujer, una parte de ella. Desde entonces, las personas pudieron reproducirse sin su intervención.
[editar] Yoruba
La humanidad habría sido creada por Obatalá, mandado por Olofin y éste por Olodumare.
[editar] Zulú
Unkulunkulu emergió del vacío y creó el primer hombre a partir de la hierba.
[editar] América del Norte
[editar] Azteca
Los nahuas tenían varios mitos de la creación, resultado de la integración de distintas culturas. En uno de ellos, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl se dan cuenta de que los dioses se sienten vacíos y necesitan compañía. Por ello necesitan crear la tierra. Existía solo un inmenso mar, donde vivía el monstruo de la tierra. Para atraerlo, Tezcatlipoca ofrece su pie como carnada y el monstruo sale y se lo come. Antes de que se pueda sumergir, los dos dioses lo toman, lo estiran para dar a la tierra su forma. Sus ojos se convierten en lagunas, sus lágrimas en ríos, sus orificios en cuevas. Después de eso, le dan el don de la vegetación para confortar su dolor. Y posteriormente se da a la tarea de crear a los primeros hombres.
Según otro mito conocido como "La leyenda del quinto sol", en el principio, todo era negro, sin vida, muerto. Los Dioses se reunieron en Teotihuacan planteándose la cuestión de quién tendría la carga de crear al mundo, para lo cual uno de ellos se tendría que arrojar a una hoguera. Dos de ellos fueron seleccionados como víctimas para tal fin.
Sin embargo el más fuerte y vigoroso, al momento de lanzarse a la hoguera, retrocede ante el fuego; por lo que el segundo, un pequeño dios, humilde y pobre (usado como metáfora del pueblo azteca sobre sus orígenes), se lanza sin vacilar al fuego, convirtiéndose en el Sol. Al ver esto, el primer dios, sintiendo coraje, decide arrojarse a la hoguera, convirtiéndose en la Luna.
Aun así, los dos astros siguen siendo inertes en el cielo y es indispensable alimentarlos para que se muevan. Entonces otros dioses deciden sacrificarse y dar el "agua preciosa" que es necesaria para crear la sangre. Por lo tanto, se obliga a los hombres a recrear eternamente el sacrificio divino original.Archivo:Calendario Azteca1.jpg
[editar] Inuit
En el origen del mundo, tan sólo había un hombre y una mujer, sin ningún animal. La mujer pidió a Kaila, el dios del cielo, que poblara la Tierra. Kaila le ordenó hacer un agujero en el hielo para pescar. Entonces, ella fue sacando del agujero, uno a uno, todos los animales. El caribú fue el último. Kaila le dijo que el caribú era su regalo, el más bonito que podría hacerle, porque alimentaría a su pueblo. El caribú se multiplicó y los hijos de los humanos pudieron cazarlos, comer su carne, tejer sus vestidos y confeccionar sus tiendas. Sin embargo, los humanos siempre elegían los caribús más bellos, los más grandes. Un día, sólo les quedaron los débiles y los enfermos, por lo que los Inuits no quisieron más. La mujer se quejó entonces a Kaila. El la reenvió al hielo y ella pescó el lobo, enviado por Amorak, el espíritu del lobo, para que se comiera a los animales débiles y enfermos con el fin de mantener a los caribús con buena salud.
[editar] Maya
El mito de creación más conocido del área maya corresponde al expuesto en el libro sagrado de los quichés, el Popol Vuh, sin embargo cada etnia maya posee sus propios mitos sobre la creación, e inclusive estos mitos pueden cambiar de pueblo a pueblo.
Sin embargo todos los mitos presentan una estructura similar (de hecho esta estructura puede ser observada en toda el área mesoamericana). Esta estructura corresponde a un mito cíclico de creaciones y destrucciones. De hecho según el Popol vuh el mundo se encuentra en su cuarto ciclo, es decir ya pasaron tres destrucciones anteriores. El primer ciclo corresponde a la creación de los animales, sin embargo estos faltos de sabiduría no adoraron a sus dioses, por lo que estos los destruyeron. La segunda y tercera creación corresponde a los hombres hechos de barro y hechos de madera, pero estos tampoco alaban a sus dioses, por lo que son destruidos también. Finalmente los dioses proceden a crear un cuarto mundo, el de los hombres del maíz. Es por esto que los mayas dan tanta importancia a este producto.
Según el Popol vuh, Gucumatz (el Quetzalcóatl de los aztecas) y Tepeu son referidos como los creadores, los fabricantes, y los antepasados. Eran dos de los primeros seres que existieron y se dice que fueron tan sabios como antiguos. También existía Huracán, el ‘corazón del cielo’ o dios de los huracanes, pero se le daba menos personificación. Él actúa más como una tormenta.
Tepeu y Gucumatz llevan a cabo una conferencia y deciden que, para preservar su herencia, deben crear una raza de seres que puedan adorarlos. Huracán realiza el proceso de creación mientras que Tepeu y Gucumatz dirigen el proceso. La Tierra es creada, junto con los animales. El hombre es creado primero de fango pero se deshace. Convocan a otros dioses y crean al hombre a partir de la madera, pero este no posee ninguna alma. Finalmente el hombre es creado a partir del maíz por una cantidad mayor de dioses y su trabajo es completo.
[editar] América del Sur
[editar] Inca
Los pueblos de los Andes centrales entendían los orígenes de cada pueblo de manera aislada como apariciones divinas a partir de algún hecho natural conocido como pacarina. Particularmente, los incas del Cuzco creían que su pueblo surgió del cerro de Tampu Tocco (Leyenda de los hermanos Ayar).
[editar] Asia del Este
[editar] China
Una característica única de la cultura china es la relativamente tardía aparición en la literatura de los mitos sobre la Creación, que lo hacen tras la fundación del confucionismo, el taoísmo y las religiones populares. Las historias tienen varias versiones, a veces contradictorias entre sí. Por ejemplo, la creación de los primeros seres es atribuida a Shangdi, Tian (el cielo), Nüwa, Pangu o el Emperador de Jade.
En todo el Extremo Oriente y Oceanía, existía un dualismo cosmológico oponiéndose dos principios, por una parte la luz, el sol y el fuego, por otra parte la oscuridad, la luna y el agua. Generalmente, un pájaro representaba al primer principio. En China, se trataba de un cuervo. El pájaro solar es uno de los temas privilegiados de la dinastía Shang, la primera dinastía china cuya existencia se certifica por medio de la arqueología. Una serpiente, como un animal acuático, representaba al segundo principio. La madre de Shun, uno de los soberanos míticos de China, pertenecía al clan de la serpiente, y su padre pertenecía al clan del pájaro. Por lo tanto, Shun era resultante de la unión de los dos principios. Este mito ilustra también el totemismo de la antigua sociedad china, según el cual cada clan tenía un animal antepasado, así como la exogamia, que exigía que los esposos fueran provenientes de clanes diferentes.
Xiè era el antepasado de Shang y su madre se llamaba Jiandi. Un día, fue a bañarse con sus sirvientes en el río de la colina oscura. Un pájaro negro (probablemente una golondrina o un cuervo) pasó llevando un huevo multicolor en su pico. Lo dejó caer. Jiandi lo tomó y lo puso en su boca, pero lo tragó por descuido. Tras esto, concibió a Xie. En este relato, se trata de una forma particular de la unión de los dos principios cósmicos, puesto que este mito hace intervenir por una parte al agua y a la oscuridad, y por otra parte un pájaro.
Shangdi (上帝), aparece en la literatura hacia el 700 a. C. o antes (la fecha depende de la datación del Shujing, el "Clásico de la Historia"). Shangdi parece tener los atributos de una persona, pero no se le identifica como creador hasta la dinastía Han.
La aparición de Tian (天), el Cielo, en la literatura presenta el mismo problema que Shangdi, dependiendo también de la fecha del Shujing. Las cualidades del Cielo y de Shangdi parecen unirse en la literatura posterior hasta ser adorados como una sola entidad (皇天上帝), por ejemplo en el Templo del Cielo de Pekín. La identificación de los límites entre uno y otro, todavía no ha sido resuelta.
Nüwa aparece en torno al año 350 a. C. Su compañero es Fuxi y a veces se los adora como los ancestros últimos de la humanidad.
Pangu aparece en la literatura no antes del año 200 de nuestra era. Fue el primer creador. Al comienzo sólo había un caos sin forma del que surgió un huevo de 18.000 años. Cuando las fuerzas yin y yang estaban equilibradas, Pangu salió del huevo y tomó la tarea de crear el mundo. Dividió el yin y el yang con su hacha. El yin, pesado, se hundió para formar la tierra, mientras que el Yang se elevó para formar los cielos. Pangu permaneció entre ambos elevando el cielo durante 18.000 años, tras los cuales descansó. De su respiración surgió el viento, de su voz el trueno, del ojo izquierdo el sol y del derecho la luna. Su cuerpo se transformó en las montañas, su sangre en los ríos, sus músculos en las tierra fértiles, el vello de su cara en las estrellas y la Vía Láctea. Su pelo dio origen a los bosques, sus huesos a los minerales de valor, la médula a los diamantes sagrados. Su sudor cayó en forma de lluvia y las pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo (pulgas en algunas versiones), llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos.
El Emperador de Jade ((玉皇), aparece en la literatura después del establecimiento del taoísmo. También se le representa como Yuanshi Tianzun (元始天尊) o como Huangtian Shangdi (皇天上帝).
[editar] Japón
Los primeros dioses convocaron dos criaturas divinas a la existencia, el macho Izanagi y la hembra Izanami, y les encargaron la creación de la primera tierra. Para ayudarles a realizar esto, se les dio a Izanagi y Izanami una lanza decorada con joyas, llamada Amenonuhoko (lanza de los cielos). Entonces, las dos deidades fueron al puente entre el Cielo y la Tierra, Amenoukihashi (puente flotante de los cielos) y agitaron el océano con la lanza. Cuando las gotas de agua salada cayeron de la punta de la lanza, formaron la isla Onogoro (autoformada).
Ellos descendieron del puente de los cielos e hicieron su casa en la isla. Ellos desearon unirse y así construyeron un pilar llamado Amenomihashira y alrededor de él levantaron un palacio llamado Yahirodono (la habitación cuya área es de 8 brazos). Izanagi e Izanami giraron alrededor del pilar en direcciones opuestas y cuando se encontraron, Izanami, la deidad femenina, habló primero con un saludo. Izanagi pensó que esta no era la manera apropiada, sin embargo se unieron de todos modos. Tuvieron dos hijos, Hiruko (infante del agua) y Awashima (isla de burbujas) pero fueron mal hechos y no se consideraron dioses.
Ellos pusieron a los niños en un bote y los embarcaron al mar, entonces les pidieron a los otros dioses una respuesta sobre lo que hicieron mal. Ellos respondieron que el dios masculino debió haber iniciado la conversación durante la ceremonia de unión. Así que Izanagi e Izanami se dirigieron alrededor del pilar una vez más, y esta vez, cuando se encontraron, Izanagi habló primero y su matrimonio fue entonces exitoso.
De esta unión nacieron el ohoyashima, o las ocho grandes islas de la cadena japonesa: Awaji, Iyo (posteriormente Shikoku), Ogi, Tsukushi (posteriormente Kyushu), Iki, Tsushima, Sado y Yamato (posteriormente Honshu).
Nótese que Hokkaidō, Chishima, y Okinawa no fueron parte de Japón en los tiempos antiguos.
Ellos crearon seis islas más y muchas deidades. Sin embargo, Izanami murió al dar a luz al infante Kagututi (encarnación del fuego) o Ho-Masubi (causante del fuego). Ella fue enterrada en el monte Hiba, en la frontera de las viejas provincias de Izumo y Hōki, cerca de Yasugi en la prefectura de Shimane. Sumido en cólera, Izanagi mató a Kagututi. Su muerte también creó docenas de deidades.
Los dioses nacidos de Izanagi e Izanami son simbólicos sobre aspectos importantes de la naturaleza y la cultura, pero ellos son muchos para ser mencionados aquí.
[editar] India
[editar] Budismo
El budismo en sí mismo ignora lo referido al origen de la vida. Buda, al referirse al origen de la vida, dijo: «Pensar acerca del (origen) del mundo, oh monjes, es un impensable que no debería ser pensado; pensando en esto, uno experimentaría aflicción y locura. Estos cuatro impensables, oh monjes, no deberían ser pensados; pensando en estos, uno experimentaría aflicción y locura». Respecto a ignorar la pregunta del origen de la vida, Buda dijo: «¿Y por qué no hablo sobre esto? Porque no tiene relación con el objetivo, no es algo fundamental para la vida santa. No conduce al desencanto, la falta de pasión, la cesación, la calma, conocimiento directo, el despertar, la libertad. Es por eso que no hablo de ello». Buda también compara la pregunta del origen de la vida —así como otras preguntas metafísicas— con la parábola de la flecha envenenada: un hombre es alcanzado por una fecha envenenada pero antes de que el médico se la extraiga él quiere saber quién le ha disparado (analogía con la existencia de Dios), de dónde vino la flecha (o sea, de dónde vino el universo y Dios), por qué esa persona le disparó (por qué Dios creó el universo), etc. Si el hombre sigue peguntando esas cosas antes de que le extraigan la flecha, el Buda razona que morirá antes de obtener la respuesta. El budismo se preocupa menos de responder a preguntas como el origen de la vida y más del objetivo de salvarse a sí mismo y a otras personas del sufrimiento mediante la llegada al nirvana. Sin embargo el Kalachakra tantra, una escritura del budismo tibetano, lidia con la formación y funcionamiento de la realidad. Los budistas modernos como el Dalái Lama tratan de no entrar en conflicto entre el budismo y la ciencia y consideran que son maneras complementarias de entender el mundo que nos rodea. En el Digha Nikaia hay una historia sobre el comienzo del ciclo actual del mundo. En el sutta 27 del Aggañña sutta y Buda la usa para explicar el sistema de castas y mostrar por qué una casta no es realmente mejor que otra. De acuerdo con Richard Gombrich, hay fuertes evidencias de que este sutta fue concebido como una sátira contra creencias preexistentes.
De acuerdo con ese texto, en un momento del tiempo el mundo se contrajo. Cuando se expandió de nuevo, los seres se reencarnaron en él. Todo es agua y oscuridad pero el comienzo es luminoso. Después la tierra se forma en la superficie del agua. Las personas comienzan a comerla porque es sabrosa. Haciendo esto, sin embargo, su propia luz desaparece y el sol, la luna, los días y las noches comienzan a existir. Las personas continuan comiendo la tierra. Después degeneran y aparecen las personas feas y las hermosas. Esto hace que los hermosos se vuelvan arrogantes y que la tierra sabrosa desaparezca. La degeneración continúa: las personas se Aparecen entonces hermosas setas. La degeneración continúa: la gente se vuelve tosca y arrogante y las setas son reemplazadas por plantas y después arroz listo para comer. La gente continúa volviéndose tosca. Se vuelven también hombres o mujeres. El sexo es mal visto así que las personas construyen refugios para ser discretos. El próximo paso es cuando la gente comienza a recoger arroz para varias comidas al mismo tiempo. Entonces la caldiad del arroz comienza a deteriorarse y no vuelve a crecer inmediatamente. Después la gente crea los campos de arroz con límites. Esto origina la aparición del robo. Para combatir el crimen, ofrecen pagar arroz a uno de ellos para que sea su líder. Al final aparecen todas las castas originarias del mismo tipo de personas. Algunos estudiosos han señalado que la principal intención de este texto es para satirizar y desacreditar las reivindicaciones brahmínica sobre la naturaleza divina del sistema de castas, demostrando que no es sino una convención humana.
[editar] Hinduismo
[editar] El dios despedazado
La leyenda más antigua está contenida en el himno «Púrusha sukta» (del Rig vedá, a fines del II milenio a. C.). Describe la creación del universo a partir de los remanentes de un gigantesco dios primigenio llamado Púrusha (‘varón’) en una época muy antigua en que se realizaban púrusha medha (‘sacrificios humanos’).
[editar] El huevo cósmico
Se desconoce cuándo los sacrificios humanos fueron reemplazados por sacrificios de animales. Posteriormente a la aparición del budismo (siglo VI a. C.) con su ajimsá (‘no violencia’) desaparecieron los sacrificios de animales y aparecieron nuevas leyendas que contradecían la leyenda original.
El universo emanó de un huevo cósmico Hiranyagarbha (‘útero de oro’). Del huevo nació Prayapati. (Este Prajapati más tarde —en la época puránica— fue identificado como el demiurgo Brahmá).
[editar] La flor de loto de Brahmá
Los Puranás (compuestos en los primeros siglos de la era vulgar) presentan varios procesos de creación.
Primero, en un rincón del infinito universo espiritual existe un «océano de causa [material]». Allí está acostada la más grande de las formas del dios Vishnú: Karanodakasai Vishnú (‘el Vishnú acostado [sayi] en el océano [udaka] de causa [karana]’). De su cuerpo emanan los universos (a veces se mejora este mito con la idea de que cada molécula del aire que respira es un universo finito).
Cada universo esférico está lleno de líquido hasta la mitad. Sobre ese océano está acostado otra forma de Vishnú, llamada Garbhodakasai Vishnú (‘el Vishnú acostado [sayi] en el océano [udaka] de causa [karana]’), acostado sobre la serpiente divina Ananta Shesha. En su ombligo se forma un lago, y sobre ese lago nace una flor de loto. Cuando la flor se abre, de ella nace el dios Brahmá de cuatro cabezas.
Brahmá con su mente crea el mundo plano (la Tierra) y todos los lokas (‘locales’ o ‘lugares’, planetas y estrellas visibles e invisibles en el cielo, donde viven los dioses y otros seres). El intervalo de «altura» de los planetas desde la Tierra es siempre el mismo (1.300.000 km). Su orden de cercanía a la Tierra es:

hecho por rita guadalpe perez padilla

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